Fui feliz. Hoy ya no sé. Las miserias y tus ojos de tormentas. Por tu amor fui una vez y otras dos y otras seis. Sin embargo no terminé de llegar. Si estás triste, espera la mañana. Estoy segura, no habrá nadie en tu ventana. Me despido y sigo en pie, en la pendiente descendiente. Y éste amor que no termina de llegar. Sin tu amor no viviré, no habrá mañanas en las que quiera seguir despertando para salir y al fin llegar hasta tu casa, donde aún hay algo de mí. Fui feliz. Hoy ya no sé. Te devuelvo los besos que me has dado. Comprendí todo en un segundo, cuando se me cayó el mundo. Cada cual le puso llave a su prisión. Confundi la brisa con tus manos; tras el viento, un gran sabor amargo. Supe amar, supe ser más, no supe volver. Y éste amor que no termina de llegar.
