¡ · N U N C A · N A D A · E S · S U F I C I E N T E · !

20110522

Los domingos: qué tema. Los BENDITOS domingos. Cómo me cagan la vida, literalmente. Tengo todo el tiempo del mundo, tengo 24 horas para no hacer nada o para hacer lo que más me gusta, y me amargo. (Aclaración: Amargarse, en la vida de Carla, es algo cotidiano). Y bueno, siempre es igual: Llega el domingo, me levanto con resaca del sábado, almuerzo con la familia, y... después? Nada, me amargo.
Amargarse para mí implica pensar en lo pasado; pensar en el pasado implica angustiarme y anhelar tiempos mejores; anhelar tiempos mejores conlleva a no ver que estoy viviendo ahora y así continúa el círculo. Después llega la noche y todo se acrecenta.
La amargura viene por sentirse sólo, y yo no me siento sóla únicamente, sino que me doy cuenta que, además, ESTOY sóla. Me gusta la soledad, para pensar más claramente, para respirar hondo y seguir, pero esto ya no está bueno.